A mi me encanta la cocina actual: moderna, arriesgada, creativa y para todos los gustos. Amo conocer nuevos restaurantes, probar nuevos sabores, preparaciones, olores, colores y salir de ahí con la barriga templadita y una sonrisa grandota en la cara. Sin embargo, en este explorar me he dado cuenta que en este boom de tendencias y preparaciones modernas hay algo que no se ha quedado en el olvido: la cocina tradicional. Esos platos de toda la vida que preparaban las abuelitas para alimentar un batallón de hijos, que le alimentan a uno el alma y en los que se aprovechaba todo lo que hubiera disponible en la cocina, hasta el pan duro, esos siguen vigentes y ahora les llamamos confort food.
Y es que esos platos tradicionales no solo están cargados de calorías, vienen llenos de historias, de cariño, de recuerdos, las abuelas preparaban platos deliciosos con lo que hubiera a la mano. Y es que en la casa de una abuelita puede faltar cualquier cosa, pero el amor y la comida siempre abundan.
El gusto por la cocina lo heredé de mi abuela, ella siempre preparaba recetas deliciosas, aveces incluso arriesgadas. De vez en cuando tenía eventos en casa con sus amigas y yo le ayudaba a preparar la comida, cocinaba platos ricos y variados con presupuestos pequeños. Como buena familia paisa no nos faltaban los frijolitos cada sábado y al desayuno era obligatoria la arepa y por eso casi siempre se nos olvidaba el pan que terminaba duro como una piedra y en una esquina de la nevera. Pero mi abuela no lo botaba, ella aprovechaba todo o que tenía a la mano. El pan duro lo mezclaba con leche, mantequilla y bocadillo y una hora después teníamos la casa perfumada y una deliciosa torta de pan sobre la mesa.
La verdad yo nunca aprendí a prepararla, hasta que llegó ese momento de la vida en el que uno crece, la abuelita ya no está para enseñarte y empiezas a ver el pan duro guardado en la nevera y entonces te preguntas qué hacer con el. A mi me tocó pedirle a una amiga su receta de torta de pan. Y fue preparándola y recordando a mi abuela que por primera vez disfruté comerla, me devolví a mi infancia, a la casa de ella, a la cocina donde la vi tantas veces preparándola y agradecí haber tenido una abuela que me heredara el amor por a cocina.
En honor a las abuelitas, a su creatividad en la cocina y a todo el amor que nos dieron, es que hoy quiero publicar esta receta que seguro será muy útil cuando veas que en la nevera hay pan viejito y no sabes que hacer con el y que de paso, hará muy felices a las personas que la compartan contigo.
Ingredientes:
- Pan duro (La cantidad debe ser la suficiente para llenar el vaso de la licuadora)
- 1 Cucharada de mantequilla
- 8 Cucharadas de azúcar
- 1 Taza de leche
- 2 Huevos
- 1 Cucharada de canela en polvo
- 1 Cucharadita de vainilla
- 1 Copa de vino tinto
- 1 Pizca de sal
- 100 gramos de queso campesino rallado (opcional)
- Bocadillo al gusto
Preparación:
* Precalienta el horno a 150 grados centígrados o 300 grados fahrenheit
* Vierte en la licuadora la leche, la mantequilla, el azúcar, los huevos, la canela, la vainilla, el vino, el queso y la sal. licúalos y empieza a agregar el pan poco a poco hasta formas una mezcla espesa como de torta. Puedes probarla y agregar más azúcar si la quieres más dulce
* Engrasa un molde refractario y agrega la mezcla anterior
* Corta el bocadillo en cuadritos y agrégalos a la mezcla de la refractaria, puedes undir algunos para que queden en el fondo de la refractaria y dejar otros por encima. Puedes hacer unos mas grandes y otros mas pequeños y poner tanto como te guste
* Hornea por media hora o hasta que la torta esté dorada por encima y que cuando introduzcas un cuchillo o un palito este salga limpio. El olor te dirá cuando está la torta pues la casa empieza a llenarse de ese aroma dulce y delicioso que le dice a uno que ya es hora de ir a mirar el horno
* Sácala del horno y déjala enfriar un poco, el bocadillo caliente quema, así que espera antes de comerla
Tips:
* Puedes ponerle pasas en vez de bocadillo o bocadillo y pasas
* Si te queda pan duro puedes rallarlo, el pan rallado es prefecto para apanar y la comida apenada con esta miga gruesa quedará mas crocante
Listo! A disfrutar, a sorprender a alguien llevándole una rica torta de pan recién preparada, a compartir con los demás y a hacer sonreír a las personas que quieres con esta recta deliciosa que nos transporta a las cocinas de nuestras abuelitas. Porque la mejor forma de viajar al pasado es con la comida y los olores.
Si tienes preguntas mientras la preparas escríbeme y también cuéntame como te quedó la torta, yo estaré feliz de recibir todas sus historias.
También puedes encontrarme en www.delasabuelas.com y en Instagram @Delasabuelas
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