En 2014 yo estaba empezando una etapa de mi vida y todo era nuevo para mi, me sentía motivada, animada, con ganas de comerme el mundo, de conocer gente, de probar cosas nuevas, de visitar nuevos lugares y hacer nuevos amigos.
Y fue así como David llegó, un español del país Vasco, de 1,90 mts de altura que me hacía mirar para arriba si quería verle la cara, al que tuve que aprender a entenderle cada vez que me llamaba por teléfono por que hablaba a mil por hora y que me decía Egunon por las mañanas y Zorionak para felicitarme en mi cumpleaños. David había llegado hacía un par de meses a Colombia y estaba descubriendo este país, tenía ganas de conocer nuevos lugares, de asistir a eventos y hacer amigos. Juntos comenzamos a disfrutar esta ciudad, a divertirnos, visitamos nuevos lugares, hicimos nuevos y maravillosos amigos, salimos de fiesta, nos contamos la vida, cocinamos juntos y nos hicimos los mejores amigos.
Con el tiempo aprendí a entender lo que me decía cuando me llamaba a contarme historias de cosas que le pasaban, aprendí que Egunon significa buenos días, que Zorionak es la forma en que me felicita cuando cumplo años e incluso aprendí a cantarlo (solo un pedacito), David me enseñó que este país tiene lugares increíbles que yo no sabía que existían, que uno puede ser Colombiano aún naciendo otro país y también me enseñó a cocinar algunos platos españoles, como la tortilla y la paella.
Pero con toda la locura que nos ha traído este año, mi amigo decidió volver a España. Me siento afortunada pues la última semana pasamos mucho tiempo juntos, en las mañanas el se despertaba y venía a mi cuarto, yo le abría espacio y se recostaba a mi lado mientras hablábamos de cualquier cosa o le enviábamos una foto o un video a algún amigo, desayunábamos, hacíamos ejercicio y en las noches, después de trabajar y andar en otras cosas el venía a mi cuarto a decirme lo viejita que parezco por que me acuesto muy temprano y me cerraba la puerta para que yo durmiera.
No fue fácil despedirme de el, acepto que lloré un poco y me sentí triste por un rato, pero también entendí que la amistad trasciende el tiempo y los kilómetros, que la tecnología nos ayuda a estar conectados, que hay amistades que son para siempre y que, aunque no estemos fisicamente juntos, siempre vamos a estar el uno para el otro cuando nos necesitemos.
Hoy, para rendir homenaje a uno de mis mejores amigos de la vida, a la persona que representa toda una etapa y una época feliz, he decidido compartirles una receta española que a mi me gusta mucho y que creo que siempre me hará pensar en el, me gusta por que funciona como pasabocas o para compartir así que para todos los amigos en la distancia y para los que pueden compartir juntos, siempre habrá patatas bravas.
Ingredientes:
- 3 Papas grandes (recomiendo la papa sabanera)
- Aceite para freír las papas
- 1 Cebolla cabezona blanca mediana
- 1/2 litro de caldo de pollo
- 1 Pizca de sal
- 1 y 1/2 Cucharada de harina de trigo
- 1/2 cucharada sopera de pimentón dulce (Puede ser paprika)
- 1/2 cucharada sopera de pimentón picante
- 2 Cucharadas de aceite de oliva
Preparación:
- Lavamos, pelamos y picamos las papas en dados pequeños y las ponemos a freír en el aceite caliente. Cuando estén empezando a dorarse las retiramos y reservamos.
- Aparte, picamos la cebolla en cuadritos finos y los ponemos a sofreír a fuego bajo en una sartén con un chorrito de aceite de oliva.
- Cuando la cebolla está dorando le agregamos el pimentón dulce y el pimentón picante, si son buenos para el picante pueden agregar más de este último, yo les recomiendo que lo vayan integrando de a pocos para ir midiendo el nivel de picante de la salsa. Mezclamos bien y agregamos la sal.
- Una vez se han mezclado los ingredientes, añadimos la harina y mezclamos bien hasta que se halla formado una pasta o una especie de roux como el de la salsa bechamel y agregamos el caldo de pollo de a poquitos, revolviendo constantemente. La idea es que la salsa quede espesa y suave, una vez llegue a este punto retiramos. Si la salsa quedó grumosa puedes pasarla por un colador para quitarle esos grumitos que sobran.
- Sobre las papas aún calientes agregamos unas cucharadas de la salsa de manera que las cubra y listo! A disfrutar
Disfruten tanto como puedan a las personas que quieren y tienen cerca. Compartan con ellos, díganles que los quieren y consiéntanlos y sorpréndanlos preparándoles algo rico. Yo no veo la hora de que David regrese a visitarme para cocinar juntos y vivir muchas nuevas aventuras juntos!
Si tienen dudas pueden contactarme a través de la página web www.delasabuelas.com o por aquí. Cuéntenme que tal les quedaron las patatas y si las disfrutaron en familia o con amigos, yo estaré feliz de compartir todas las historias con ustedes!
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